Durante los últimos seis años he escuchado infinidad de veces la cantinela de 'otra película de la Guerra Civil'. No sólo por la caverna mediática, política y social, sino también por gente a la que no le provoca urticaria revisar uno de los episodios más vergonzosos de nuestra historia reciente. Yo no he tenido ese problema hasta el momento. Descubrí que Andrés Pajares podía hacer buenas películas en ¡Ay, Carmela!; Berlanga me sacó unas cuentas sonrisas con 'La vaquilla'; he disfrutado de buenas actrices españolas en 'Libertarias' o 'Las 13 rosas'; y sigue emocionándome sobremanera el final de 'La lengua de las mariposas'.
Desconozco si en Estados Unidos hay corrientes de opinión que despotriquen tanto del cine de la Segunda Guerra Mundial o de Vietnam (donde se han ambientado cientos de sus películas) como aquí con la Guerra Civil. No creo que sea un capítulo cerrado para la creatividad de guionistas y productores, ni mucho menos. No se han abordado, por poner algunos ejemplos, las luchas internas que sacudieron los distintos gobiernos de la República que hubo durante la contienda o las negociaciones -con espías incluidos- de ambos bandos con las potencias extranjeras para conseguir apoyos.
Eso sí, el otro día comentando el asunto con Chema coincidimos en que parece que a los creadores se les ha detenido su imaginación en 1939. Son escasas las películas que han tratado en el ámbito de la ficción episodios de nuestra historia más reciente. La dictadura parece un tema sobre el que se extiende el silencio creativo (aunque Antonio Mercero supo darle una interesante vuelta a la figura de Franco en 'Espérame en el cielo'); y de todos los episodios de la Transición, sólo el 23F parece estar en el imaginario colectivo como 'leimotiv' recurrente (aunque sorprende que hasta este año el intento de golpe de Estado no había sido el argumento principal de ninguna película); ETA ha sido utilizada por algunos cineastas, aunque casi todas las producciones se han centrado más en las tripas de la organización que en la historia de las víctimas ('Asesinato en febrero' o 'Tiro en la nuca' son dos interesantes excepciones). Últimamente, son las televisiones quienes han cogido el testigo de llevar a la ficción episodios de la actualidad a través de las tv movie (desde el crimen de Fago al secuestro del Alakrana, pasando por el accidente de Barajas)
Pero, ¿acaso no sería un peliculón el relato de un hombre secuestrado durante 532 días en un habitáculo de tan solo tres metros cuadrados?; ¿o la recreación de las 48 horas que pusieron en vilo a todo un país por el secuestro y asesinato de un joven?; ¿por qué los americanos han llevado ya a la gran pantalla distintas vertientes del mayor ataque que han sufrido en su historia y aquí todavía el 11-M parece un tabú?; qué tal una peli sobre la conspiración de periodistas, empresarios y políticos para acabar con un Gobierno; o un thriller de intrigas y venganzas en las mismas entrañas del poder, con un presidente destronado por sus propios compañeros (y con un rey conspirando en la sobra...)
A lo mejor algún guionista yanqui lee este blog y se te adelanta, Amenábar.
Desconozco si en Estados Unidos hay corrientes de opinión que despotriquen tanto del cine de la Segunda Guerra Mundial o de Vietnam (donde se han ambientado cientos de sus películas) como aquí con la Guerra Civil. No creo que sea un capítulo cerrado para la creatividad de guionistas y productores, ni mucho menos. No se han abordado, por poner algunos ejemplos, las luchas internas que sacudieron los distintos gobiernos de la República que hubo durante la contienda o las negociaciones -con espías incluidos- de ambos bandos con las potencias extranjeras para conseguir apoyos.
Eso sí, el otro día comentando el asunto con Chema coincidimos en que parece que a los creadores se les ha detenido su imaginación en 1939. Son escasas las películas que han tratado en el ámbito de la ficción episodios de nuestra historia más reciente. La dictadura parece un tema sobre el que se extiende el silencio creativo (aunque Antonio Mercero supo darle una interesante vuelta a la figura de Franco en 'Espérame en el cielo'); y de todos los episodios de la Transición, sólo el 23F parece estar en el imaginario colectivo como 'leimotiv' recurrente (aunque sorprende que hasta este año el intento de golpe de Estado no había sido el argumento principal de ninguna película); ETA ha sido utilizada por algunos cineastas, aunque casi todas las producciones se han centrado más en las tripas de la organización que en la historia de las víctimas ('Asesinato en febrero' o 'Tiro en la nuca' son dos interesantes excepciones). Últimamente, son las televisiones quienes han cogido el testigo de llevar a la ficción episodios de la actualidad a través de las tv movie (desde el crimen de Fago al secuestro del Alakrana, pasando por el accidente de Barajas)
Pero, ¿acaso no sería un peliculón el relato de un hombre secuestrado durante 532 días en un habitáculo de tan solo tres metros cuadrados?; ¿o la recreación de las 48 horas que pusieron en vilo a todo un país por el secuestro y asesinato de un joven?; ¿por qué los americanos han llevado ya a la gran pantalla distintas vertientes del mayor ataque que han sufrido en su historia y aquí todavía el 11-M parece un tabú?; qué tal una peli sobre la conspiración de periodistas, empresarios y políticos para acabar con un Gobierno; o un thriller de intrigas y venganzas en las mismas entrañas del poder, con un presidente destronado por sus propios compañeros (y con un rey conspirando en la sobra...)
A lo mejor algún guionista yanqui lee este blog y se te adelanta, Amenábar.
2 comentarios:
yo no iría a ver una película sobre la corrupción en la política del poder en la comunidad valenciana por un hecho muy simple, la sufro a diario y me asquea bastante; por otro lado no me molesta en absoluto una película sobre la guerra civil española,algunas de ellas me encantan, creo que son reflejo de lo que más nos duele, como a los americanos la guerra de vietnam, pero sí vería otra de historias recientes, me gusta el cine español, el europeo, el chino, el mediterráneo..........amo el Cine
Bueno, la época de posguerra sí ha sido tratada... Y hay buenas películas costumbristas (estoy pensando en Berlanga, claro, pero también en Sáenz de Heredia, que a mí me gusta mucho) que probablemente superarán siempre a cualquier revisión actual (por ejemplo, sobre la transición).
Por otro lado, yo en realidad echo de menos películas históricas de largo alcance. Por ejemplo, no entiendo cómo nadie ha hecho una comedia sobre el rey Amadeo. Si ni siquiera hay que esforzarse con el guión, que viene todo dado...
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