Ya se ha comentado hasta la saciedad en la red los exabruptos que el escritor-periodista-guionista-soldado puede volcar en tan sólo 140 caracteres. Es un capítulo más en la trayectoria de alguien que, según cuentan algunos compañeros de profesión, pagaba a los soldados bosnios para que dispararan al aire (que se es macho, pero no gilipollas) para amenizar sus crónicas de guerra. La polémica se solapa a otras testosterona-chorradas como las confesiones de paidofilia de Sánchez-Drago o las perversiones de un alcalde con los 'morritos' de una ministra (por cierto, muy criticadas por la ministra de Cultura, que, en cambio, defiende la 'libertad de opinión' del escritor).


Sin embargo, el lector de El País (versión papel) ha tardado tres días en enterarse de que un reputado escritor, de los más vendidos, ha tachado de "mierda" a un ministro cesado por emocionarse en su despedida. Sabíamos que el papel, tras la llegada de internet, quedaba relegado al análisis minucioso, a la reflexión sosegada, al debate profundo..., pero si se descuidan, comentan el asunto cuando concedan el Nobel a Pérez-Reverte (no creo que la Academia Sueca tenga valor para negárselo, simplemente están esperando a subir la cuantía). La noticia llega a escondidas (como excusa para asegurar que "los hombres sí lloran"), casi de tapadillo, como quien no quiere la cosa.
La clave la dio ayer un amigo en nuestro particular 'Café Gijón'. Solo es necesario pasar unas cuantas páginas del diario para encontrarte con la promoción de una colección exclusiva, "de lujo", de "uno de nuestros escritores más internacionales". Acabáramos. ¿Temió alguien en El País que algún lector del diario, al leer esos comentarios sexistas de Pérez-Reverte se replanteara dejarse 7,95 euros más el viernes en el quiosco? Pues, si tienen huevos, que se atrevan...