Simplemente pudo ser que después de algo más de una hora torrefacta apagaron la calefacción. Pero lo cierto es que lo sentí. Terminó la obra y noté como se me erizaba el cabello a la altura de la nuca. Nunca me había pasado. Me gustó. Me gustó la experiencia y me gustó Nuria Espert. Confieso que siempre me ha transmitido distancia cuando he escuchado o visto alguna entrevista. Creo que el tono de voz, su cadencia al hablar... me retraen a la acepción peyorativa de 'diva'. Pero siempre procuro dejar los prejuicios en casa cuando me lanzo a un contacto directo.