Me gusta la música. Me encanta. Toco (más bien tocaba) tres instrumentos y, aunque nunca lo he puesto en mi currículum, tengo completa la carrera de solfeo. Pues los musicales no me van. Entiendo que será la combinación de elementos la que me chirría. Aún así, he visto unos cuantos. El último, uno de los que más fama acarrean. Como que tiene película y todo. De hecho, una persona con mis mismas reticencias (no le saques más allá de Siete novias para siete hermanos) ya me había hablado -bien- de ella, de la película. Me refiero a Chicago, esa historia carcelaria, basada en un hecho real, ambientada en la capital de Illinois en los años 20.