Dice el encabezamiento de este blog que pretende ser expresión de los entusiasmos de cada uno de los que lo elaboramos. Así que, al menos por una vez, quiero escribir sobre mi mayor entusiasmo, quiero trasladar algunas reflexiones sobre la radio.
Tengo la impresión de que el medio padece los efectos de una doble crisis. Sin duda, la económica que inevitablemente ha terminado por afectar al producto, ha terminado por contaminar la antena. No solo porque nos hemos convertido, como el resto de medio, en los pregoneros del desastre hasta tal punto que los oyentes no acuden a la radio convencional con la certeza de encontrar en ella compañía, entretenimiento, diversión, información.
El oyente sabe que cada vez que sintonice su emisora, sea la que sea, nos encontrará a los profesionales del medio achicando los pocos espacios que aún quedan para la alegría. Somos, porque las circunstancias nos obligan, pájaros de mal agüero. Pero además, por los rigores de la crisis, la antena de la radio se ha vestido más que nunca de publicidad. Y en este caso el contenido también se resiente.
Pero sobre todo creo que la radio convencional padece los efectos de una crisis propia. Después de 15 años dedicados a este medio tengo la impresión de que la radio sigue haciendo cada día lo mismo que allá por los años 90. Apenas hemos innovado, los formatos son los mismos, hemos renunciado a nuestra capacidad de sorprender al oyente. Hace ya mucho tiempo encontramos la formula del éxito y la seguimos explotando desde entonces con pequeñas variaciones. Solo la tecnología, la posibilidades que ha ido aportando, ha modificado algo el producto.
Tengo la sensación de que al oyente le presuponemos, sabemos que está ahí y que, con variaciones en su numero, seguirá ahí. Y tal vez por ese exceso de confianza nos hemos adormilado. Deberíamos escuchar mas la opinión de quien nos escucha, saber que demandan, que necesitan, que quieren oír, que tipo de radio es la que esperan encontrar en esta nueva década. Si no lo hacemos es mas que probable que la caída de oyentes de la radio convencional, el trasvase de audiencia hacia la radio musical sea continuo. Creo en la radio como el mejor medio de los posibles y creo que nos encontramos en un momento decisivo para su futuro.
3 comentarios:
Primero, una confesión: me he pasado a Radio Nacional (y la justificación: vivo fuera y no tengo los plugins para escuchar la SER en internet). Dicho lo cual, por supuesto no he notado lo de la publicidad, y no echo en falta prácticamente nada en la radio: tengo magacines, tengo música clásica, tengo secciones de pop indpendiente (y no porquerías de los 40), tengo documentales sonoros y tengo información. Así que me permito matizarte: la radio comercial necesita renovarse...
Creo que estás en lo cierto, sobre todo en lo referente a la influencia de la crisis económica en los contenidos. Es cierto que hasta el más incondicional oyente necesita algo de evasión o, lo que es peor, puede inconscientemente desconectar de lo que se le dice porque llega un momento en el que estos temas se convierten en algo tan cotidiano que ya ni siquiera llama la atención. Y no creo que sea un problema exclusivo de la radio comercial, ni mucho menos.
Pedro, la verdad es que es un alivio que un profesional joven como tú, tenga esa inquietud, no todo esta perdido..
La radio tiene un noseque de familiar que es bastante dificil que quien la hemos incorporado en nuestras vidas la cambiemos por cualquier otro medio...
Un saludo
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