Así que al final es el dinero el que va a acabar con el sistema. De lo universal a lo particular. En lo primero, los mercados, que con su ansia ilimitada van a conseguir poner a los Estados tan al límite que propiciarán un estado de caos que puede devenir en... otro sistema.
Y en lo particular. Resulta que es el dinero, en este caso los asalariados adinerados quienes se enfrentan ya no a su empresa, ya no a un ministerio, ya no al Gobierno, sino al Estado, al propio sistema. Huelga salvaje la suya; huelga que según pasan las horas parece ya -por desesperada- nihilista. De la mano de los controladores llegará la anarquía liberadora. Al resto de huelguistas, los que lo hemos sido y lo volveremos a ser, todo ésto nos produce melancólica envidia. Es lo que tiene la historia, que siempre tuvo clases.
Y en lo particular. Resulta que es el dinero, en este caso los asalariados adinerados quienes se enfrentan ya no a su empresa, ya no a un ministerio, ya no al Gobierno, sino al Estado, al propio sistema. Huelga salvaje la suya; huelga que según pasan las horas parece ya -por desesperada- nihilista. De la mano de los controladores llegará la anarquía liberadora. Al resto de huelguistas, los que lo hemos sido y lo volveremos a ser, todo ésto nos produce melancólica envidia. Es lo que tiene la historia, que siempre tuvo clases.
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