La inspiración para estas líneas la encontré en una marquesina de autobús en una calle de Madrid. Un periódico deportivo promocionaba peluches de 'Barrio Sésamo' vestidos con la equipación de un club de primera división. El título: "Hay recuerdos que marcan".
Y los hay, sí, sobre todo para aquellos que disfrutamos de la infancia y una parte de la adolescencia en la década de los 80. Una de las entrevistas del pasado verano en el Hoy por hoy que recuerdo con más cariño tuvo como protagonista al autor de una serie de libros que lleva por título papel y plástico y que recomiendo a quienes estén dispuestos a realizar un pequeño pero intenso ejercicio de nostalgia. Nunca olvidaré mi rabieta cuando me hurtaron el nombre de uno de los símbolos de mi infancia. Pasé tantas horas jugando con los clicks de Famobil que consideré una traición el cambio de la marca comercial por Playmobil.
Los clicks aparecen en las portadas de esta serie de tres libros. Pasar sus páginas es un agradable regreso al pasado. Uno se encuentra con productos que acabaron convirtiéndose en iconos de una década. Los yogures de Yoplait, el Misterio, los cromos de Cropan, las cajas de Airgam-boys, la bola-loca, los libros de Los Hollister.
Por cierto, mientras escribo estas líneas escucho en la radio la promoción del musical de David el gnomo. Cuántas tardes de sábado habremos pasado frente al televisor, después del telediario, viendo dibujos animados.
6 comentarios:
Yo también me enfadé por el cambio de nombre, pero me resistí a llamarlos así,lo hago como siempre: clicks de Famobil, llámame viejuna, jajajaja..
Un abrazo, os iré leyendo.
musetta, somos pues dos viejunos porque yo también los sigo llamando clicks de famobil... bienvenida. pedro.
Años de Quina San Clemente (para los poco comedores), de helados Apolo, de chícles Bam-bam (no pongo Cheiw porque no se escribirlo..), tantos y tan bonitos recuerdos.. y sí, maravillosos años. Un saludo Pedro y compañía.
Eran juguetes de papel y plástico, sí, pero para algunos de nosotros fueron mucho más que eso. Inmutables pedazos de nuestra memoria colectiva más entrañable.
Jo, a ver cuándo empieza la nostalgia revival de los 90, que los menores de 30 nos sentimos discriminados... ;)
Pues yo debo ser de la quinta de los Playmobil... Para mí el trauma era, según mi madre, que cada vez que me llevaban de paseo y veía una tienda de juguetes, no me separaba de la cristalera hasta localizar al click en cuestión... Y ahí podía pegarme horas...
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