En el teléfono llevo sólo cuatro discos metidos: We started nothing de The Ting Tings, Greatest hits de The Offspring, Cuando el destino nos alcance de Lori Meyers (el que uso para pasar la aspiradora en casa) y Day & age de The Killers. Losing touch es el primer tema de ese long play que Human
colocó en el estrellato. Pero me quedo con esta canción de apertura. Es
la que más me gusta y es, sin duda, la que mejor se refiere a la
noticia que me ha trastocado hoy: la muerte de Thomas Marth, el que fue
saxofonista del grupo estadounidense.
"Consuélame en mi hora oscura, podría ser que la verdad sea siempre
gris", dice la letra. La pena, que el bueno de Marth, al contrario que
en Losing touch, no ha conseguido encontrar el camino de vuelta
a casa. O que la única senda que vio transitable fue la del suicidio.
Una lástima.
Tras un año largo de parón, The Killers retomó sus actuaciones en directo como previa a una gira con nuevo disco, Battle born, que arrancará en julio en Dover y que le traerá a España, al Dcode Fest en Madrid, en septiembre. Tendrá que ser sin el saxofonista que completó la formación en la grabación de Sam's town y en el exitoso Day & age, incluida la gira mundial que durante dos años llevó al grupo de Las Vegas a lo más alto de lo más alto.
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