jueves, enero 26, 2012

Una llama que ilumina

Confieso que, aquel 13 de febrero de 2005, viendo arder la torre Windsor, mientras intentaba narrar sin repetirme lo que veía, mientras intentaba evitar que la batería del móvil se agotara, mientras respondía al presentador y a los tertulianos del programa de debate y actualidad rosa que en ese momento estaba en el aire, pensaba que el incendio no estaba siendo fruto de la casualidad. Gabriela Cañas debió imaginar lo mismo. La diferencia, que ella se lanzó a construir una novela, un thriller si se permite el término, en la que encajan perfectamente realidad y ficción (aunque quién sabe). Seguro que más de un periodista saboreará especialmente algunos momentos de la obra. Se nota el espíritu de la autora. También su paso por Moncloa en esa forma de bucear en el poder. En definitiva, la novela de una novel que disimula como pocos que, aunque no es su primera obra, sí es la primera que se atreve a publicar. Bien por la osadía. El resultado es el mejor ejemplo de que hay que lanzarse.

Con sencillez narrativa, Gabriela nos conduce a través de Rosa y su universo en el asesinato de su hermana Ana, una empresaria de éxito en un mundo de hombres. Pero, aunque la reivindicación no deja de estar latente, que tampoco se vea como un canto feminista al uso. Es un retrato femenino, con su enfoque y sus detalles, con esa mirada que persuade hasta engancharte. Amor, inseguridad, maltrato, corrupción, justicia… Una venganza tejida entre lágrimas y fragilidad, que resulta poderosa y transformadora.

Torres de fuego, de Gabriela Cañas, está editado por Roca Editorial

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