Sólo había escuchado dos comentarios sobre la película. Uno, que era como volver a la infancia, un homenaje a ET o Los Goonies. Otro, que ya se entendía el final insatisfactorio de Perdidos: J. J. Abrams estaba con la cabeza en este trabajo en vez de rematar una serie que, pese a todo, sigue siendo uno de los mejores trabajos televisivos en mucho tiempo. Aunque muchas veces resulta imposible, me gusta ver las películas sin saber absolutamente nada del argumento. Y ésta fue una de esas ocasiones. Lo único, que con esa información previa había que prepararse en condiciones. Si era un homenaje a nuestros 'clásicos', había también que poner de nuestra parte. El cine Capitol, en la Gran Vía madrileña, nos ofrecía la cinta en la sala 1. Perfecto. Sala grande, como hace años. A eso le añadimos un combo de palomitas que resultó un cubo casi de los de pasar después la fregona.
Y dos refrescos nada menos que de 75 centilitros. Sólo faltó el poder haber tenido entradas de gallinero, las que nos podíamos permitir en nuestra niñez para poder ir, al menos, una vez cada fin de semana al cine. Si hubieran puesto algún cortometraje antes, la velada hubiera resultado ya todo un viaje astral. Así que con toda nuestra inocencia (y rodeados de treintañeros) nos dispusimos a ver la última apuesta de Spielberg. Por supuesto, Super 8 no llega a estar a la altura de otras obras dirigidas o producidas por don Steven. O, al menos, no me 'arrebató' como en ocasiones anteriores.
Recuerdo cuando salí del cine muchos años atrás de ver Encuentros en la tercera fase. Le dije a mis primos mayores con los que acudí (juro que la anécdota es verídica) un emocionado "quiero ver las dos primeras". Compredme. Era un churumbel. Pero esta producción cumple con lo que esperas. La factura, impecable. El efecto envolvente de Abrams, suficiente. El trabajo de los niños actores (siempre tan complicado como infructífero en los resultados), notable. En especial Ellen Fanning, una nueva aportación de la saga familiar. Lo mejor, que es una película de aventuras al uso, sin discursos grandilocuentes sobre la libertad ni otras patrioterías de las que tanto abusa Hollywood en los últimos años. Y no cuento más para los que, como yo, no quieren saber nada antes de ponerse ante la gran pantalla. Ni siquiera haré la comparativa con otra película que vi al día siguiente en DVD, de temática similar, presupuesto similar, pero factura y acabado completamente distinto. Lo dejo para un artículo posterior. Os dejo unas semanas para que intentéis buscar un cine con sala grande para, seguro que lo conseguís, retroceder tres décadas. Si tenéis hijos, sobrinos o similar, id juntos. Si no, tampoco os privéis. No será la mejor película de vuestra vida. Una más de las que firma Spielberg, en su estilo, sin arriesgar, cómodo como pocos se pueden permitir. Pero sólo por la experiencia, creo, merece la pena.
Más información en http://www.super8-movie.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario