Stefanie Anderson es modelo, pero prefiere ubicarse detrás de la cámara. Y lo hace con una frescura increíble, lejos de ese carácter 'metronómico' de su cuna alemana. Licenciada en Económicas y Marketing, su verdadera pasión es la fotografía. Una pasión que puede marchitarse. Ni en un área, la empresarial, ni la otra, la imagen, está encontrando una salida a esta angosta crisis. Sólo en su mirada se aprecia esa hendija a un más allá apacible, sosegado y tierno. Ni siquiera los reportajes de boda, para otros obligación, para ella un cometido fogoso, chispeante e intenso, le están posibilitando un sustento como para aferrarse a esta sangrada y reseca piel de toro. Una historia, la de Stefanie, que sé que se repite por todos los rincones. El sueño que busca con vehemencia su ser corpóreo. Un sueño de reportajes de moda, de retratos, de paisajes, de vida, de todo. Un sueño ardiente que no pagará ahora facturas, pero que de tan vivo acabará por imponer su cordura.
Stefanie Anderson: "El arte toma su forma cuando el sentimiento y la ilusión inundan la inspiración que lo mueve todo. Sólo entonces se percibe el sentido auténtico de nuestras vidas".