Confieso que acudí a Casa Decor, sobre todo, por visitar el interior de uno de los edificios que más me gustan de Madrid, el palacete de la Real Compañía Asturiana de Minas. Pero salí enamorado. En esencia. Aunque antes de abrir mi corazoncito, explicaré de forma somera en qué consiste esta buena idea de Casa Decor. Interiorismo excelente, lo más granado del panorama recrea su concepto de lo que es una vivienda, un hogar. Así que nos encontramos con 51 casas en 1. Sofistacación, sencillez, elegancia, sobriedad... Es como colarte en muchos domicilios con su vida propia. Es, sin duda, el paraíso de los mirones, de los cotillas, de ese fisgón que todos llevamos un poco dentro. Y entonces empiezas a fantasear con cómo será el que vive ahí. Y te imaginas a un tipo estirado. O a una ejecutiva metódica. O a una pareja dulzona. O a una señora amante de la ópera y los gatos. Y entre todos los habitantes de esta peculiar e imaginaria comunidad de vecinos me encontré con esa chica, esa joven fresca, esa mujer divertida y natural. Su casa, en medio del campo. Luminosa. Bucólica. Llena de vitalidad. Y sí. Estaba allí. Se llama Verónica. Verónica Martínez, aliento creador de EnEssentia. Al 'pasar' por su casa una pincelada me hizo detenerme.
Esa forma de dar vida a una esquina, así de simple, demuestra que hay mucho talento en ella. Que sabe cómo hacer de un espacio un hogar. Que en sus creaciones hay alma, como la que puede mostrar todos aquellos momentos, fotografías, dibujos, pinturas, nada... que quieras enmarcar en ese mural, en ese peculiar altar que cada uno puede construir gracias a ella. Alguien afortunado, con ella. El espíritu del bosque se integra, atraviesa los muros, y se deja caer en su columpio cual hoja en ese otoño que, si miras por la ventana, tiñe los árboles de ocre y arcilla.